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viernes, 1 de julio de 2011

“Purga”



“Purga” ha recibido un montón de premios internacionales. Es una novela que todo el mundo aplaude, hasta el punto de que cuando la tienes en las manos dices: “a ver si no va a ser para tanto…”
Me uno a los aplausos. En tres o cuatro días me leeré sus 350 páginas, es una novela que engancha por la profundidad de sus personajes y el interés de la trama; teniendo como fondo el drama de los países oprimidos bajo la esfera soviética.
Es decir, pelín histórica, pelín de intriga, mucho de profundidad narrativa. Sofi Oksanen es una escritora muy joven pero es de las buenas.
Creo que merece la pena interesarse por ella este verano.


Miguel Martín

miércoles, 22 de junio de 2011

EN LAS COORDENADAS DE LA COINCIDENCIA


Antes de la puesta en escena, entre bastidores, un frenético ir y venir de gente con la mirada abstraída en algún punto más allá de paredes y techo, más allá de cielo y horizonte, repitiendo palabras, pasos, sonidos, colores, piruetas, oraciones…. Se palpa la tensión en todas las actitudes como un desequilibrio estridente y caótico. Un sin sentido difícil de conciliar e imposible de armonizar percibe el de fuera; el que pasa por allí, el que no tiene ningún papel en esa obra, el que luego, en el patio de butacas, asiste al espectáculo, un todo donde las piezas encajan formando el entramado y cuando los actores, esos posesos que minutos antes gesticulaban absorbidos por su guión, fluyen con las relaciones de sus personajes la obra adquiere para él su propio significado, lo completa alimentándolo con las sensaciones que produce como espectador, y siente la sinergia que se constituye en conocimiento incontestable de su ser individual, en la conexión ética y estética del colectivo.
Entre coordenadas fuera del mapa planeado con tanto esmero durante toda nuestra vida, se sitúan los escenarios de las coincidencias y lo inesperado es su telón de fondo. Es ese sitio al que te llevan los pies sin darte cuenta; allí representas el poema que te da la respuesta imposible, la sentencia de muerte que te pone en la vida, el amor, que hace de tus partículas manos de niño para acariciar el universo, centrándote en tus límites…. O, la última, La Novena de Beethoven interpretada por músicos quincemayistas, (término de José Luís Sampedro) en la Plaza de Neptuno el 19 J, entre las miles de manos agitadas en el aire consensuando por unanimidad: estas son nuestras armas.
Por un instante ves la forma de tu fractal en el del mundo; una perspectiva paradójica de espacio-tiempo paralelo, y le pones la etiqueta casualidad, para poder situarlo en el mapa lógico de tu vida, aunque sea en el cajón de raros. Pero es una mutación irreversible, emergente, un cambio holístico de tu identidad, y comprendes, de forma inexplicable, que todo lo que has vivido es para asistir a ese momento.
ángela saiz

miércoles, 15 de junio de 2011

Alfombra de Sierpinski




“Así en el límite de iteraciones tendiendo al infinito la alfombra está tan apolillada que su superficie es nula. No es sorprendente hasta que calculamos su perímetro, que es infinito”.

Esta casa está al revés, o lo que es igual, se sujeta en equilibrio sobre un pie de chimenea.

el humo taladra la tierra, y los cimientos expuestos al sol

han hecho florecer brotes de ladrillo y de hierro

son flores duras de sabor crudo

un roció de sales las cubren y dan brillo.

Está al revés y hebras desmesuradas duermen la grandeza de lo ínfimo

sombras de amapola, abriéndose en capullos afilados, saltan las olas

de hierba en el cielo.

No metas la mano o empezaran a volar dientes de león, subirán hasta el techo de los números y caerá la defensa.

El día se está quedando abajo.

Soraya García

martes, 14 de junio de 2011

22 barbies sin agujeros




Cuánta teta inútil
cuánto polietileno
y fibra
e hilo que quiere ser cabello.

Cuánto pecho huero
sin corazón ni pezones.

No hay agujeros en las mujeres del rastro.
Ningún orificio por donde drenar
amores y excrementos.

Cuánta cadena de goma
qué sonrientes
qué ojos y que labios tan bien pintados
para no decir nada
no ver nada
no ser más complacientes … por que es imposible ser más sumisas.


El perfecto desfile de mujeres desnudas
está escondido
en el último rincón de un chino del rastro.

Pasen y vean señores
Pasen.

En el todo a cien de la vida
nada hay más auténtico
que estas mujeres de plástico
desnudas y sonrientes.
Sin agujeros.

Nos contemplan en su perfección de silicona
y nosotros, pobres,
sentimos pena por su desnudez,
lástima ante su expresión de bulimia.

Ellas sonríen y nos contemplan
sin boca para insultarnos
sin culo por donde olvidar
hasta el último de nuestros malos pensamientos.


Miguel Martín